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Hoy me tocó ir a Saint Denis para recibir una formación del trabajo en Saint Denis, donde se encuentra la sede de mi empresa. Saint Denis es una ciudad limítrofe (o casi, la verdad es que no tengo claro si toca o no a París por algún lado) famosa por su Basílica y sobretodo por su estadio de fútbol, construído en ocasión del mundial de fútbol de 1998. El caso es que Saint Denis es una ciudad con fama de conflictiva y peligrosa (se encuentra en el famoso 93, el departamento con peor fama de la Francia metropolitana), y como suele pasar en las ciudades o barrios menos favorecidos, los transportes públicos no suelen ser tan buenos como en otras zonas más turísticas o ricas, y los retrasos, parones y averías son el pan nuestro de cada día.

El caso es que para ir a Saint Denis hay que coger la linea 13 de metro, una linea lenta que se bifurca en dos (como alguna otra linea más de París) cuando sale de los límites de la ciudad, con lo cual en parte del trayecto la frecuencia de los trenes, de por sí escasa, se reduce a la mitad. Para ir.. lo normal.. gente de pie pero pudiendo respirar (olores corporales aparte).. viaje sin incidentes. Para regresar el metro se detuvo entre dos estaciones, como suele hacer muy a menudo sobretodo esta linea (bueno, al lado de la linea 5 del metro de Madrid esto no es nada, pero en París el metro suele ser muy rápido y eficiente además de sucio), y las caras de la gente eran las típicas que os podeis imaginar, de cabreo, indignación y de resignación al mismo tiempo por llegar más tarde a casa. En estas la conductora del metro - es curioso la gran cantidad de mujeres que conducen en el metro de París (cosa que no tiene nada que ver con que haya muchos muertos por atropello, que ya me imagino a algún graciosete...) - toma el micrófono para decirnos lo que ya sabíamos, es decir, que el metro estaría detenido unos momentos y que gracias por nuestra compresión y bla bla bla... pero esta chica tuvo el acierto y el detalle de no quedarse ahí, y comenzó su show particular tipo "el club de la comedia"; las frases las decía en un intervalo de 6-7 segundos, y más o menos traducido sería algo así:

- Señoras y señores, por razones de regulación del tráfico debemos detenernos unos instantes. Gracias por su comprensión -

- por si alguien no me entendió me refería a que hay atasco y hay que esperar -

- de todos modos no se para que os explico.. esto es la linea 13, ya sabeis... estais acostumbrados -

- desde luego mira que sois valientes... Cogeis todos los días la linea 13!!! -

- Yo misma siempre evito tener que coger esta linea -

Como os podeis imaginas a las primeras de cambio las caras enfurecidas y resignadas se tornaron en tímidas sonrisas primero, y luego acabaron en carcajadas por parte de la gente que se amontonaba en el vagón, la chica con tres frases simpáticas había hecho por un momento que todos olvidásemos nuestros retrasos, nuestro cansancio y nuestras prisas por hacer algo.. o nada.

Es una lástima que la conductora no lea esto para darle las gracias en nombre de todos, pero bueno, me resultó curioso como aveces el mal humor nos invade por tonterías sin demasiada importancia, y como de una forma tan simple se podía hacer feliz por unos instantes a tanta gente. Espero que ningún cargo importante del metro estuviese en el tren, eso sí, y desde luego a esta chica le deseo y auguro un gran futuro en el club de la comedia y lejos de las vías, del metro.. y de su querida linea 13, por supuesto.

El hecho de que los conductores de metro hablen por los altavoces no es nada extraño, en algunas lineas es necesario para informar que alguna estación está cerrada por obras o indicar que el tren va en una dirección o en otra (en las lineas que se vifurcan), y en ocasiones al llegar al término nos desean un buen día, felicitan el cumpleaños a algún conocido que saben que está en el convoy o incluso lamentan en público sus penas como uno que se mostraba triste y pedía consuelo porque el PSG había ganado el día anterior a su Marsella del alma.